Dublín es una entrañable y pequeña capital europea, la ciudad más grande de Irlanda. Localizada en la costa este del país insular, por ella pasa y desemboca el río Liffey. Fue fundada por los vikingos en el siglo IX, y desde entonces no ha parado de crecer. Hablamos de un lugar que parece haberse detenido en el tiempo, pues aún conserva de forma cuidada su aspecto medieval, pero que a su vez apuesta por el presente y mira al futuro con entusiasmo.
La herencia religiosa resulta latente, sobre todo porque sus catedrales anglicanas han pasado a considerarse como puntos icónicos y de referencia de la historia de la ciudad. Uno de ellos es la Catedral de Christ Church, fundada en 1030 por el monarca vikingo Sitric Silkenbeard, y la Catedral de San Patricio, construida en el siglo XIII y conocida por su impresionante arquitectura gótica. Así mismo, Dublín también tiene una rica tradición literaria. Muchos escritores famosos son originarios de Dublín o han vivido y trabajado en la ciudad, incluyendo a James Joyce, Samuel Beckett, W.B. Yeats y Oscar Wilde. La ciudad ha sido escenario de muchas obras literarias y ha inspirado a numerosos artistas.
Otro aspecto importante de Dublín es su vida universitaria. La Universidad de Dublín, fundada en 1592, es una de las universidades más antiguas de Europa y ha sido un importante centro de educación en Irlanda durante siglos. Desde la erudita Trinity College a la alborotada Temple Bar, Dublín acoge una manera de vivir que resulta atrayente, y que anima a muchísimas personas a conocerla cada año a pesar de la incesante lluvia.
No lo dice nadie, y lo afirman todos. La capital irlandesa es un lugar ideal para la búsqueda de nuevas experiencias. Porque Irlanda es un país abierto, diverso y acogedor, que recibe a cualquiera con los brazos abiertos.
Dublín cuenta con una interesante mezcla de estilos arquitectónicos que incluyen el georgiano, victoriano y moderno. Las calles de la ciudad están llenas de edificios coloridos con fachadas pintorescas y detalles arquitectónicos únicos, lo que le da a Dublín un aspecto visualmente atractivo y vibrante. Aunque, realmente, esa sensación se percibe de noche: Dublín es conocida por su animada vida nocturna, con una gran cantidad de pubs, bares y clubes que ofrecen música en vivo, baile y entretenimiento. El Temple Bar, una zona histórica de la ciudad, es especialmente conocido por su ambiente festivo y sus pubs con música en vivo, que atraen tanto a locales como visitantes. Un barrio icónico que en su día fue muelle, y donde hoy se siente la jarana.
Dublín es una ciudad rica en cultura y arte, con una gran cantidad de museos, galerías y teatros que ofrecen una amplia gama de actividades culturales. La Biblioteca del Trinity College, que alberga el famoso Libro de Kells, es un destino popular para los amantes de la historia y el arte. Además, la ciudad cuenta con numerosos festivales de arte y cultura a lo largo del año, como el Festival de Teatro de Dublín y el Festival de Cine de Dublín. Y es que la ciudad rebosa durante todo el año, día y noche, festivales y eventos que ofrecen actividades de todo tipo para visitantes y lugareños por igual. Desde el Día de San Patricio, uno de los festivales más emblemáticos de la ciudad, hasta el Bloomsday, que celebra la obra del escritor James Joyce, y otros eventos culturales y deportivos, siempre hay algo emocionante y colorido que sucede en Dublín.
Y es que la diversidad y la multiculturalidad han contribuido en dar a Dublín esa escena que tanto le caracteriza. La ciudad ha experimentado un aumento en la inmigración en las últimas décadas, lo que ha enriquecido su cultura y ha llevado a la apertura de restaurantes, tiendas y lugares de culto de diferentes culturas y tradiciones. Esto agrega una vibrante mezcla de colores, sabores y tradiciones a la ciudad, haciéndola aún más animada y diversa.
Te lo has creído por un momento, ¿verdad? Te habrás hecho ilusiones, pero tranquilo, que eso no va a fastidiar tu estancia aquí. Es cierto que Dublín es conocida por su clima húmedo y lluvioso, pero es importante tener en cuenta que el clima puede cambiar rápidamente; pueden haber días soleados incluso en medio de una semana lluviosa.
La lluvia también forma parte de la identidad de Dublín y de la conflictiva y chocante cultura irlandesa en general, y muchos dublineses y visitantes disfrutan de la atmósfera única que ofrece la lluvia en esta ciudad llena de historia y encanto.
El clima de Dublín se caracteriza por inviernos suaves y veranos frescos, con temperaturas moderadas durante todo el año. Sin embargo, las precipitaciones son comunes en Dublín, y llueve con frecuencia a lo largo del año. La lluvia en Dublín puede ser constante y persistente, con lloviznas y chubascos frecuentes. La cantidad de precipitación varía a lo largo del año, siendo los meses de invierno (diciembre a febrero) los que tienden a tener más lluvias, mientras que los meses de verano (junio a agosto) suelen ser más secos en comparación. Sin embargo, incluso en los meses de verano, las lluvias ocasionales son comunes en Dublín.
Es importante estar preparado para la lluvia cuando se visita Dublín. Se recomienda llevar ropa impermeable, como un chubasquero, o un abrigo con capucha y un paraguas, para hacer frente a las condiciones húmedas. A pesar de la lluvia, insistimos en que la capital irlandesa tiene su encanto; además, la amplia oferta turística de la ciudad suele darse en sitios cubiertos cubiertas.
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