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Gibraltar, no encontrarás un lugar igual

Gibraltar ha sido históricamente un lugar estratégico debido a su posición en la entrada del mar Mediterráneo y su estrecha cercanía con el continente africano. La ciudad ha estado habitada por diversas culturas a lo largo de su historia, desde los fenicios y los romanos hasta los musulmanes y los británicos. En 1713, el Tratado de Utrecht cedió Gibraltar a Gran Bretaña, y desde entonces ha sido un territorio británico de ultramar. La soberanía de Gibraltar ha sido un tema de controversia entre España y el Reino Unido durante siglos, y todavía es un tema de discusión en la actualidad.

Conocido por su ambiente multicultural y su economía basada en el comercio y el turismo, Gibraltar es un lugar popular entre los turistas, que visitan la ciudad para ver sus atracciones históricas y naturales, como la Cueva de San Miguel, la Reserva Natural del Peñón y los famosos monos de Gibraltar. También es un importante centro financiero, con muchas empresas internacionales que tienen oficinas allí.

La panorámica que domina en este pequeño enclave, que se estira de la provincia andaluza de Cádiz, es la de su imponente y gigantesco peñón. Hablamos, verdaderamente, de una pequeña península rocosa que se adentra en el mar Mediterráneo, cuya población se concentra en torno a una enorme formación de roca caliza, la cual se eleva sobre la ciudad y domina el paisaje en el extremo sur de la Península Ibérica. Cabe destacar que su frontera con España es una de las más cortas... del mundo.

 

Todos lo quieren

Tal y como hemos mencionado inicialmente, España lleva reclamando el territorio gibraltareño desde hace mucho tiempo, y aún hoy continúa siendo un punto de controversia entre ambas naciones. Esto se debe no solamente a la historia de la región, sino también a su ubicación estratégica. 

Históricamente, Gibraltar ha sido habitada por diversas culturas, incluyendo a los fenicios, los romanos, los musulmanes y los españoles. Durante siglos, Gibraltar ha formado parte del Reino de España, hasta que en 1704 fue conquistada por las fuerzas británicas durante la Guerra de Sucesión española. Este conflicto se desarrolló entre 1701 y 1714, en el contexto de la lucha por la sucesión al trono de España tras la muerte del rey Carlos II. Durante más de una década Europa quedó dividida entre quienes apoyaban a dos ramas dinásticas europeas rivales, los Borbones de Francia y los Habsburgo de Austria, por el control de los territorios españoles y sus colonias. La Guerra de Sucesión española, entre otras cosas, tuvo un impacto significativo en la política europea, ya que llevó a la consolidación del poder de la dinastía Borbón en Francia y España, y al fortalecimiento de la alianza entre Gran Bretaña y los Países Bajos. 

El 11 de abril de 1713, Gran Bretaña, Francia, España, Portugal y los Países Bajos firmaron un acuerdo de paz que puso fin a la Guerra de Sucesión española. Conocido como el Tratado de Utrecht, este tratado tuvo importantes consecuencias para la política europea y mundial de la época. Una de las disposiciones más importantes de este acuerdo fue la cesión de Gibraltar a Gran Bretaña por parte de España. El Tratado de Utrecht también tuvo importantes consecuencias políticas, como la reconocimiento de Felipe V como rey de España, la neutralización de los Países Bajos y la transferencia de la corona española a la Casa de Borbón. Además, el tratado estableció las bases del equilibrio de poder en Europa, que se mantendría hasta la Revolución Francesa en 1789.

El caso es que, desde entonces, la soberanía de Gibraltar ha sido un tema de controversia entre España y el Reino Unido. España ha reclamado repetidamente la devolución de Gibraltar, argumentando que fue tomado de manera ilegal durante la guerra y que debería ser devuelto a España, mientras que el Reino Unido defiende su derecho a la soberanía sobre el territorio y la voluntad de sus ciudadanos gibraltareños, quienes en un referéndum celebrado en el año 2002, votaron abrumadoramente a favor de seguir siendo un territorio británico de ultramar.

 

Llamativo, único y singular

Gibraltar es uno de los territorios más pequeños del mundo, con una superficie de tan solo 6,7 km². A pesar de ser un territorio británico, Gibraltar no forma parte del Reino Unido ni de la Unión Europea. Sin embargo, los ciudadanos de Gibraltar tienen la ciudadanía británica y el territorio está bajo la protección y jurisdicción británicas.

El idioma oficial de Gibraltar es el inglés, aunque también se habla español; pero, además, existe una variedad local del inglés conocida como llanito. Efectivamente, hablamos de un extraño dialecto, que mezcla inglés y español, y que juega a su vez con influencias del portugués, el italiano y el hebreo.

La moneda oficial de Gibraltar es la libra esterlina británica, pero también se aceptan el euro y el dólar estadounidense. En esto cabe entrar, pues la economía gibraltareña se basa principalmente en el turismo, el juego y los servicios financieros. Lo cierto es que Gibraltar se trata de un paraíso fiscal, cuya tasa impositiva se sitúa en el 10%; esto convierte a Gibraltar en un destino popular para las empresas offshore. Cabe añadir que el territorio cuenta con varios casinos y salas de juego. En ello puede influir también la situación demográfica: Gibraltar es uno de los lugares más densamente poblados del mundo, con una densidad de población de más de 5.000 personas por kilómetro cuadrado.

En cuanto a sus atractivos turísticos, podemos afirmar que Gibraltar tiene todo el potencial y las curiosidades que un destino mediterráneo de sol y playa desearía.

Más allá de su extraña a la par que estratégica posición territorial, es curioso ver cómo los gibraltareños han aprovechado de lleno la escasa superficie territorial de la que gozan, para asentarse en esta pequeña península situada a escasos 14 kilómetros del continente africano, separados por el Estrecho de Gibraltar. Con una frontera de 1,2 kilómetros de longitud, este límite territorial que separa España y Reino Unido es uno de los más cortos del mundo; una vez la atraviesas, lo primero que se encuentra el viandante o el conductor son las instalaciones aeroportuarias, atravesadas por la Avenida Winston Churchill; pero atravesadas, además de forma literal... 

Si accedéis a Google Maps, veréis que la avenida que conecta la frontera con el resto del territorio gibraltareño atraviesa la pista del Aeropuerto Internacional de Gibraltar. Dicho de otra forma, la única carretera que conecta Gibraltar con el resto de España atraviesa el aeropuerto, lo que significa que las barreras de seguridad deben ser bajadas cada vez que un avión despega o aterriza. Esto significa que en Gibraltar tendréis la oportunidad de cruzar una pista aeroportuaria, como si de un paso a nivel se tratara. Eso no se ve ni se hace todos los días...

Llegamos a Gibraltar, y lo siguiente que admiramos es el Estadio Victoria, donde la selección de fútbol de Gibraltar juega sus partidos como equipo internacional desde que se uniera a la UEFA en el año 2013. Ha participado ya en competiciones como la clasificación para la Eurocopa.

Según nos adentremos en Gibraltar, lo primero que admiraremos será "El Peñón", así llamado sobre todo por quienes residen en la vecina localidad de La Línea de la Concepción. Hablamos de una gigantesca formación rocosa de caliza, que se encuentra en la parte norte de la península, y que se eleva a una altura de 426 metros sobre el nivel del mar. Esta famosa roca, a la cual se puede ascender en teleférico, es el hogar de una gran cantidad de monos de Berbería, que son los únicos monos salvajes en Europa. Según la leyenda, mientras los monos habiten la Roca, Gibraltar seguirá siendo británico. Se cree que fueron traídos desde África en el siglo XVIII y ahora hay una colonia de unos 300 individuos en el peñón.

Gibraltar es también conocido por sus famosos túneles, excavados en la roca durante la Segunda Guerra Mundial para proteger a los habitantes del territorio de los bombardeos. Hoy en día, algunos de estos túneles se han convertido en atracciones turísticas. Cabe decir que Gibraltar fue un importante punto estratégico para los Aliados, ya que controlaba la entrada y salida del Mediterráneo. Hoy en día, aún se pueden ver y visitar restos de la fortificación y los túneles construidos durante la guerra. Merece un paseo su casco histórico, con esa esencia británica que se combina con la ropa tendida en los balcones, y el sol que ilumina las abarrotadas terrazas que se cuelan entre las típicas cabinas telefónicas londinenses...

Gracias a su clima mediterráneo subtropical, con veranos cálidos y secos e inviernos suaves y húmedos, Gibraltar puede presumir también de sus playas de arena dorada. En ellos, los visitantes podrán practicar deportes acuáticos como el windsurf, la vela y el esquí acuático, gracias al viento de Levante que sopla de forma casi continuada en este pequeño paso que separa el Mar Mediterráneo del Océano Atlántico. 

No hace falta extenderse mucho más, para afirmar sin género de duda que Gibraltar es un lugar excepcional en todos los sentidos.

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